Carlos V contra Barbarroja
Este libro pretende introducirnos en aquellos años en los que por el mar no solo llegaban comerciantes, también los corsarios berberiscos, que desde oriente llevaron el mensaje de que nadie que viviera en las proximidades de la costa, o navegara sus rutas, estaba a salvo del saqueo, algo que no sólo incluía el robo, también el secuestro, sufriendo quienes eran capturados distintas suertes que pasaban por, desde convertirse en esclavo, a acabar encadenado al remo de una apestosa galera donde el látigo era la ley.
La vida no era fácil, e igual que existía el cautivo cristiano, existió el cautivo musulmán, que corría la misma suerte. La crueldad y la barbarie tenían muchos amos. Que decir de aquellos que combatían en una galera, cristiana o musulmana. Sus combates eran terribles, pues todos conocían bien su desgraciado futuro si caían prisioneros y no eran de los que podían esperar un rescate. Para muchos morir era el fin más aceptable.
Entre los más afamados personajes de la época Carlos V y Barbarroja, este será el periodo a que nos ceñiremos en el relato.