La historia infográfica del mundo
En pocas palabras
Casi 14 mil millones de años de historia del universo y de la humanidad se condensan en La historia infográfica del mundo. Se dice pronto, ¿verdad? Hechos, tendencias, líneas temporales o estadísticas se plasman en suntuosas infografías, ilustrando el pasado y el presente con un aparato gráfico rabiosamente contemporáneo.
La intención
La intención de libro es trasladar al lector en un viaje a través de muy diferentes aspectos de la historia y del mundo actual, que le permita mirarlos con ojos renovados, rompiendo además, si aquel lo desea, con el discurso cronológico que, forzosamente, impera en los libros de historia. Y es que, aunque también puede leerse linealmente, cada una de las cien infografías que componen la obra puede escrutarse en solitario, como un elemento que se autoexplica dentro del discurso global.
El proceso
Conseguir sintetizar millones de años en un libro es una tarea vertiginosa, y para los autores ha supuesto la consulta de una bibliografía ingente, desde obras de historia y ciencias naturales, a informes económicos y gubernamentales. Pero más titánica todavía es la capacidad de plasmar ese caudal de datos en una serie de preciosas infografías, demostrando que el discurso visual ofrece valiosos recursos para bajar a tierra argumentos complejos. En este sentido, hay que destacar la miríada de detalles que hacen de La historia infográfica del mundo un libro único, desde los distintos tipos de papel o tipografías que cambian a medida que progresa el tiempo, al mimo puesto en cada infografía y en las ilustraciones auxiliares. Una fiesta visual.
El volumen del contenido dedicado a cada era es inversamente proporcional al número de años que ocupa cada periodo, lo que puede apreciarse en la cubierta y se subraya en la introducción. La propia cubierta del libro es una infografía en sí misma: la espiral de la portada representa aproximadamente la cantidad de tiempo que cubre cada capítulo, mientras que las barras de la contraportada, el número de infografías dedicadas a cada capítulo.
El índice visual
Lo que diferencia a este libro de infografías de cualquier otro es que no es una colección de infografías editadas juntas. De hecho, Valentina diseñó casi 100 infografías desde cero mientras que James desarrolló el mismo número de bases de datos para crear estas historias visuales. Solo seis de las cien historias visuales habían sido previamente creadas por otros diseñadores. Un esfuerzo épico teniendo en cuenta el tiempo en que se desarrolló el trabajo… ¡100 infografías en ocho meses!
La evolución como tema
Para ilustrar el paso del tiempo, Valentina adopta el imaginario de la evolución humana para formar una línea temporal visual. Cuatro ilustraciones abren cada capítulo y siluetas específicas de cada periodo se suceden en un pie de página “evolutivo” que aporta una divertida guía de referencia durante la travesía del lector.
El diseño del libro
La visual gramática de La historia infográfica del mundo evoluciona a la par que el contenido. Cambios de tipografía, paletas de colores, tipos de papel y estilo de las ilustraciones proporcionan identidad propia a cada uno de los cuatro capítulos. La división del contenido, entre pasado y presente, se refuerza con un cambio del tipo de papel así como por el uso de otros apuntes visuales.
Cada pliego muestra una infografía única, en cada una de las cuales se ha invertido hasta el último esfuerzo para conseguir el equilibrio perfecto entre imaginar la mejor manera de ilustrar cada historia y aportar la mayor variedad posible a lo largo del libro.