Los celtas. Enemigos de Roma (I)
Fuese como migrantes, comerciantes, saqueadores, invasores o mercenarios –categorías frecuentemente entremezcladas entre sí–, los pueblos celtas marcaron indefectiblemente el desarrollo histórico del Mediterráneo, pocas de cuyas orillas no conocieron sus pisadas. En calidad de enemigos o aliados de Roma, los ejércitos celtas cambiaron y se adaptaron a los nuevos escenarios y retos a los que se enfrentaron, haciendo gala de una avanzada organización militar, de elaboradas tácticas y de una panoplia –hija predilecta de los mejores metalúrgicos de la Europa del momento– que, paralelamente, moldearon, poco a poco, las armas y la forma de hacer la guerra de sus enemigos. Luchadores hábiles y corajudos, tácticos ingeniosos y guerreros orgullosos, los celtas acabarían por encajar la derrota a manos de Roma transformándose en parte fundamental de sus fuerzas y alterando para siempre el desarrollo de la panoplia romana, cargada de características que hundían sus raíces en la cultura de La Tène.