

La Habana, 29 de diciembre de 1955. Tras una comida organizada para sus «fieles» secuaces, Don Alessandro comienza a hablar de los «negocios» en progreso, cuando suena el teléfono de la habitación trasera del restaurante: el Padrino ha sido convocado a la oficina del presidente Batista, por lo que ha de confiar su preciosa caja de puros a sus secuaces. Pocos saben que ésta tiene un doble fondo y que bajo una primera capa de cigarros ¡se halla un compartimento repleto de diamantes!
La Habana, 29 de diciembre de 1955. Tras una comida organizada para sus «fieles» secuaces, Don Alessandro comienza a hablar de los «negocios» en progreso, cuando...