Desperta Ferro 65: Los Pueblos del Mar

El tránsito de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro fue extremadamente traumático. En torno al año 1200 a. C., una inmensa ola de destrucción, muerte y desolación arrasó el Mediterráneo oriental. Imperios formidables como el hitita fueron barridos de la faz de la tierra, y culturas sofisticadas como la micénica desaparecieron para siempre, dejando tras de sí leves recuerdos de pasados gloriosos. Las fuentes de la época aluden repetidamente a unos misteriosos “pueblos del mar” que, como nubes de langostas, navegaban de costa a costa arrasando todo a su paso. ¿Pero, quiénes fueron, de dónde provenían, fueron la causa o la consecuencia de la gran crisis y cuáles fueron las claves de su éxito? En este número abordamos este misterioso momento de la historia y a sus protagonistas, y el lector no tardará en constatar que no existe, a día de hoy, una interpretación unívoca de estos hechos, sino una multitud de posibles explicaciones incompatibles entre sí. El misterio permanece irresuelto. En portada, la ilustración de Radu Oltean nos muestra una de esas desoladoras incursiones de los pueblos del mar.

Un mundo al borde del colapso por Trevor Bryce (Queensland University)
Todo sucedió a finales del siglo XIII y principios del XII a. C., en los últimos estertores del Bronce final. Durante cerca de cuatrocientos o quinientos años cuatro grandes reinos, Hatti, Asiria, Babilonia y Egipto, habían dominado el escenario político proximoriental, pero en apenas unas décadas todos, excepto Egipto, sucumbieron a una crisis de proporciones bíblicas.

?Un imperio en llamas. La caída de Hattusa y los pueblos del mar por Juan Antonio Álvarez-Pedrosa (Universidad Complutense de Madrid)
A pesar de que la explicación más conocida para la desaparición en torno a 1200 a. C. del Imperio hitita como estructura política bien consolidada y poderosa se atribuye a una hipotética invasión de los “pueblos del mar”, los mecanismos y factores que subyacen a dicha desaparición son complejos, poco claros y siguen siendo objeto de un intenso debate académico.

Habitantes de barcos. Naves de altura a finales del II milenio a. C. por Michal Artzy (University of Haifa)
El registro arqueológico de finales del siglo XIII y principios del XII a. C. –el periodo que se conoce como Bronce final reciente IIc y Chipriota final III–, la época de los pueblos del mar, documenta representaciones de varios modelos alternativos de barco. En este breve artículo la afamada profesora Artzy revela las más recientes novedades en la interpretación de la forma y uso de los navíos a finales de la Edad del Bronce.

Arrastrada por la marea: el caso de la ciudad de Ugarit por Juan Pablo Vita (Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo)
Ugarit (actual Ras Shamra) era una de las ciudades más importantes de su época, con una ubicación realmente estratégica. Ceñida al norte y al sur por dos ríos (Nahr Chbayyeb y Nahr ed-Delbe), se encontraba en medio de una llanura grande y fértil, a solo 800 m de uno de los mejores puertos naturales de Siria (la actual Minet el-Beida) y muy próxima al cabo de Ras Ibn Hani, el punto más cercano a Chipre desde la costa levantina.

La batalla naval de Ramsés III contra los “pueblos del mar” por Fernando Quesada Sanz (Universidad Autónoma de Madrid)
La fachada exterior septentrional y occidental del núcleo del tempo funerario de Ramsés III en Tebas, conocido como “Medinet Habu”, contiene una extraordinaria serie de relieves e incluye varias campañas entre los años 5 y 11 del reinado de Ramsés III. El sector central de la fachada norte recoge acontecimientos del año 8, en concreto una campaña militar contra los invasores “pueblos del mar” que avanzaron, por tierra y mar, hacia la frontera egipcia del delta.

“Corredores de carros” y saqueadores de ciudades (ca. 1200 a. C.) por Robert Drews (Vanderbilt University)
En la tradición griega el término ptoliporthos (“saqueador de ciudades”) era un epíteto encomiástico. Podemos suponer que los aqueos que se dirigieron contra Troya ya habían saqueado antes otras ciudades. La cólera de Aquiles la provocó Agamenón al arrebatarle a la princesa Briseida, que aquel había obtenido como botín durante el expolio de Lirneso y Tebas Hipoplacia (Ilíada II-688-693). Por su parte, en sus fanfarronadas ante el porquero Eumeo, Ulises describió la vida de un saqueador de ciudades. Cabe suponer que muchas personas humildes, provenientes de lugares remotos, trataran de probar suerte y hacer fortuna mediante el pillaje de lugares célebres y opulentos.

¿Hijos de la tribulación? Filisteos y pueblos del mar a la luz de las excavaciones en Tell es-Safi (la antigua Gath) por Aren M. Maeir (Bar-Ilan University)
¿Hijos de la tribulación? Filisteos y pueblos del mar a la luz de las excavaciones en Tell es-Safi (la antigua Gath) por Aren M. Maeir (Bar-Ilan University)
Hasta fechas muy recientes, la interpretación dominante en los círculos académicos acerca del “fenómeno filisteo” se limitaba a dar crédito al relato bíblico. Es decir, se trataría de un grupo étnico extranjero, foráneo y probablemente proveniente de algún lugar de las costas del mar Egeo, que migró hasta el sur de esta costa y conquistó la región de Philistia (la llanura sur de Canaán) a comienzos de la Edad del Hierro (principios del siglo XII a. C.). Se entendía que este fenómeno formaría parte del conjunto de transformaciones que ocurrieron durante el tránsito de la Edad del Bronce y la del Hierro, que además coincide con la aparición de otros pueblos como los arameos o los israelitas. Hoy en día, en cambio, esta interpretación ha cambiado sustancialmente.

?Y además, introduciendo el n. º 66, Heraclio, el primer cruzado. Su figura heroica y proyección mítica por Encarnación Motos Guirao (Universidad de Granada)
La apasionante leyenda de Heraclio como cruzado nació casi en los mismos días del emperador. Su acción, derrotando al persa Cosroes II, destruyendo el templo del fuego y recuperando la reliquia de la cruz de Cristo quedó tempranamente inmortalizada en el arte y la cultura, en general, hasta configurarse como una gesta épica ampliamente difundida. ¿Cómo es posible que la figura de un antiguo emperador bizantino conformase un relato legendario –literario y artístico– que trascendiera hasta nuestros días?