Sangre en el Báltico
Después de más de un siglo bajo el dominio del imperio ruso, Lituania recuperó su independencia en 1918, tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Pero las cosas no iban a resultar fáciles para esta república báltica, pues al igual que sus vecinas, Estonia y Letonia, iba a tener que luchar en los campos de batalla contra las ansias expansionistas de sus vecinos.
En el caso que nos ocupa, Lituania combatiría entre 1919 y 1920 contra polacos y bolcheviques rusos –que deseaban la anexión de sus territorios–, y contra las tropas germano-rusas del príncipe Pavel Bermondt-Avalov, que procedentes de Letonia, invadieron el norte del país con la idea de favorecer un gobierno lituano solícito y acorde a los designios de Berlín.
La pérdida de la capital histórica del país, Vilna –ocupada por rusos y polacos en 1919 y 1920–, la toma de Klaipèda en enero de 1923, el golpe de estado de diciembre de 1926, la ocupación de Vilna en octubre de 1939 y, por último, la rendición ante la invasión soviética de junio de 1940, marcaron el devenir de los agitados y convulsos 21 años de existencia de la República de Lituania en el período de entreguerras.
El ejército lituano fue el protagonista de todos estos sucesos, que conformaron y modelaron la existencia de la Lituania actual, tras 46 años de terrible experimento comunista (1945-1991).
Número de Páginas: 64
Autor: Lucas Molina Franco
Encuadernación: Rústica
Resumen del producto
Después de más de un siglo bajo el dominio del imperio ruso, Lituania recuperó su independencia en 1918, tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Pero las c...