Y es que la increíble pirotecnia que pueden desatar los miembros de esta unidad es tan espectacular como apabullante. Un único Yan Huo podría arrasar un país pequeño sólo con el armamento que lleva encima. El regimiento tiene por principio operativo la sobreabundancia de medios, para lo cual mantiene una relación especial con Yungang, el principal contratista de armamento de Yu Jing, que le proporciona siempre las armas más grandes de su catálogo. Por lo general, cuando los Yan Huo deciden vaciar sus cargadores y peinar el campo de batalla con su poderosa artillería es cuando todo acaba.
Sus armaduras no están hechas para resistir, sino para cargar con todo su armamento y atacar, para robarle tiempo al enemigo. Una vez los Yan Huo entran en acción, sus adversarios se ven desbordados por su potencia de fuego y ya no pueden preparar ninguna estrategia operativa, mientras su esperanza de vida se va desvaneciendo rápidamente.
El tiroteo no se mide ya en segundos, sino que se acelera en dolorosas centésimas. Disparo tras disparo, golpe tras golpe, sus enemigos van cayendo sin poder creer lo que se les viene encima: rayos y truenos, la espectacular y letal pirotecnia del Regimiento Yan Huo.