Budapest 1944-45
Adolf Hitler, que consideró de importancia vital el mantener Budapest como punto de inicio para un posterior avance y, a la vez conservar en su poder los fundamentales pozos petrolíferos húngaros, ordenó realizar a su ejército un considerable esfuerzo, manteniendo viva la esperanza de que las armas de última generación que comenzaban a fabricarse en serie en las factorías germanas y la voluntad férrea del pueblo alemán, alimentada constantemente por la propaganda, fuesen suficientes para dar un giro a la marcha de la guerra. A este esfuerzo se unirían las las unidades del Ejército Húngaro, dispuesto a defender a toda costa la capital de su nación. En el bando contrario el Ejército Rojo se preparaba para atacar la primera gran ciudad perteneciente históricamente a su enemigo; recordemos que Hungría formaba parte de los imperios alemán y austrohúngaro durante la I Guerra Mundial. La batalla se planteaba muy dura; así lo fue y así lo recoge el estremecedor relato y las explícitas imágenes de aquellos días que ofrecemos al lector en esta nueva obra.