
Dicen que el Estado Mayor inglés siempre está preparado para ganar la última guerra que luchó, pero el caso del Real Cuerpo Acorzado sería especialmente sangrante y sangriento, ya que sus errores llevarían a la muerte a miles de soldados, cuyas vidas podría haberse salvado de no ser por el inmovilismo y la escasez de miras de sus superiores.
Autor: José Antonio Peñas Artero